martes, 9 de abril de 2013

Nuestro adiós a este gran escritor.

Lo peor de la muerte es que deja un vacío, una ausencia. Porque José Luis Sampedro ha tenido una vida plena, insobornablemente libre, coherente. Y se ha ido en paz. 



En uno de sus últimos cumpleaños, 94, en la Cala de Mijas, su brindis fue:

“Esto es la vida. Animaos todos. Porque se puede llegar a los 94 años y más, siendo feliz. Aunque uno se levante y se tenga que poner la boca, los ojos y los oídos. Se puede ser feliz a pesar de los jefes y de que muchas de las cosas que nos rodean nos parezcan impedimentos. Por nosotros mismos. Tenéis una vida. Cada uno la suya. ¡Aprovechadla!”.

 Le gustó mucho que le concedieran el Premio Nacional de las Letras 2011, que el Ministerio, presidido ya por Wert, tardó tanto en entregar que ya no era sensato acudir al acto. En su sencillez, le hacía ilusión, de alguna manera inscribirse en la historia de los fundamentales, algo así como tener razón. Que lo uno, no quita lo otro.

Nos ha dejado frases, ideas, que invitan a no cejar nunca en la lucha. Pero ahora, en este especial momento, lo que me vienen a la memoria son los versos del poeta José Ángel Valente:

" De ti no quedan más
que estos fragmentos rotos.
Que alguien los recoja con amor, te deseo,
los tenga junto a sí y no los deje
totalmente morir en esta noche
de voraces sombras, donde tú ya indefenso
todavía palpitas”.

El amor lo tiene, desbordado. Y no dejaremos morir el inmenso ideario que nos ha legado. La búsqueda del pensamiento crítico, de la verdadera libertad.

No hay comentarios: